Dos versiones distintas sobre el inconveniente que dio origen al ataque armado en el que murió el cantautor argentino Facundo Cabral, fueron relatadas por testigos durante el tercer día del juicio contra cinco implicados en crimen.
La primera hipótesis fue planteada por el mismo Henry Fariñas, empresario costarricense que era el blanco original del ataque.
En un video de 2011 que fue reproducido durante la audiencia, Fariñas declaró como anticipo de prueba que el único inconveniente que podría haber dado lugar a que alguien quisiera hacerle daño era un desacuerdo con un nicaragüense que se hacía llamar José Treviño que tras ser cliente por dos años del club nocturno Élite, quería adquirir la sucursal de este en Costa Rica.
José Treviño es Alejandro Jiménez, alias “El Palidejo”, quien, según Fariñas, se molestó con él porque se negó a recibirle el pago en efectivo en el negocio por el club.
Por su parte, Josué Benedicto Cerón, quien siendo parte de la estructura que planificó el ataque fue constituido como testigo protegido, indicó que lo que motivó a Jiménez a pedir que acabaran con Fariñas fue una deuda por drogas.
Cerón reveló que Jiménez se dedicaba a ingresar cocaína a Guatemala que era comprada por un zacapaneco del que dijo desconocer el nombre y Fariñas. Para lograr tal propósito, “El Palidejo” contrataba los servicios de Elgin Vargas (otro de los implicados) para que adaptara un doble fondo en los vehículos que transportarían la droga y dinero en efectivo.
A decir de Cerón, Elgín Vargas, quien enfrenta juicio junto a Jiménez, por haber contratado a los sicarios y haber planificado el ataque, se dedicaba a la reconstrucción de carros chocados que eran traídos de Estados Unidos y que eran reparados con piezas de vehículos robados en Guatemala.
Asimismo, el testigo dijo que Vargas contrató a Juan Hernández, Adelino García y Wilfred Stokes para llevar a cabo el ataque contra el empresario.
Cerón trabajaba para Vargas por lo que participó en la vigilancia de Fariñas previo al ataque y el 9 de julio de 2011, se dedicó a conducir un vehículo involucrado en el percance.
El juicio continúa este 1 de abril y se espera que más testigos y peritos den a conocer los detalles del incidente ocurrido el 9 de julio de 2011 que acabó por error, con la vida del trovador argentino.