Ya sea con tu canción favorita, con un sonido no tan agresivo, o con el famoso y desesperante "ten-ten-ten", el momento de la alarma es cruel en cada mañana y detener el sonido solo para que suene cinco minutos después es bastante común, principalmente si posees un celular con cuatro o diez alarmas programadas; sin embargo, estudios recientes afirman que esta acción es perjudicial para la salud.
Este problema es conocido como: "inercia del sueño". Se trata de un estado de somnolencia y desorientación que se produce cuando nos despertamos de forma abrupta tras un sueño profundo, una y otra y otra vez.
Es el mismo efecto que se produce tras una siesta larga. Según explica Juan José Ortega, vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES), cuando descansamos más de la cuenta a media tarde, somos capaces de lograr un sueño profundo, pero el problema surge cuando se pasa al estado de vigilia sin tránsito, sin pasar por ciclos que nos preparan para despertarnos.
El reloj biológico puede verse alterado por la práctica de retrasar la alarma, porque estamos engañando de alguna manera el despertador interno. “Nuestro organismo se prepara para despertarse dos horas antes de la hora. Primero, se alcanza el pico más bajo de temperatura corporal, luego desciende la melatonina hasta el nivel más bajo, que pasa a las ocho de la mañana, y sube el cortisol”, apunta el doctor Ortega.
El doctor Rosenberg describe el estado de alguien que ha jugado más de la cuenta con la alarma del despertador del móvil: "Se ralentiza su capacidad para tomar decisiones, hay un deterioro en la memoria y, en general, se ve perjudicado su rendimiento". Asegura que el café y la ducha fría pueden no acabar con el letargo, que no se abandonará, como pronto, "hasta pasada hora y media".
*TOMADO DE: elpais.com