Desde presidentes, ministros y diputados, hasta candidatos políticos, todos extreman su seguridad personal y, en más de una ocasión, se les ha visto portando un chaleco blindado. Aunque este es un artículo de seguridad que siempre tiene demanda, es en la época electoral cuando el negocio florece, ya que muchos adquieren uno, casi al mismo tiempo que obtienen su credencial.
Sin embargo, no todas las prendas de seguridad son iguales. Algunas ofrecen mayor protección, otras permiten mejor movilidad y, las más caras, cuentan con ambas características.
Hemos visitado las tiendas que ofrecen prendas blindadas y estas son las tecnologías que se pueden encontrar en el país.
Existen diferentes modelos que varían su nivel de resistencia frente a un ataque, en función del grosor del panel de blindaje.
El más resistente, valorado en 1 mil 700 dólares, pertenece al modelo 3A. Recientemente, durante sus últimas apariciones públicas, Manuel Baldizón vestía esta prenda, "la de nivel de protección más alto en el mercado".
Pero no es el único. En otras ocasiones se ha visto a Otto Pérez, o incluso a Barack Obama, con prendas que utilizan esta tecnología.
El blindaje ha evolucionado y ahora se opta por un diseño más disimulado, cómodo y no tan pesado, como máximo de tres libras. Lo que no se ha modificado es su esencia de proteger los órganos vitales para salvar la vida de una persona, en caso de ataque.
Además, la gama de productos blindados se ha ampliado con base en las necesidades y ahora las tiendas también producen abrigos y pantalones.
¿Aramidas o polietileno?
El panel blindado está fabricado con la mejor tecnología de punta. Lo más novedoso en este campo es la aramida, una fibra sintética, robusta y resistente al calor.
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Este material dejó de lado al polietileno, aunque algunas empresas aún lo siguen comercializando. Sin embargo, los expertos aseguran que no brinda la misma protección.
Además, su resistencia es menor. La aramida, entrelazada por toda la superficie, permite distribuir el impacto, mientras que con el polietileno tras un impacto se desprenden sus capas.
Pruebas demuestran que el trauma más alto tras un impacto es de 22 milímetros.