Para los vecinos de la ciudad de Alepo, cruzar la ciudad es una experiencia de miedo. Antes de la guerra este paso les tomaba apenas 10 minutos, ahora el recorrido se ha convertido en una jornada de 10 horas.
Alepo fue la capital de Siria, pero ahora está dividida en dos.
Quien necesita cruzar la ciudad debe hacerlo en autobús en un trayecto arriesgado. Los habitantes de la ciudad siria recorren hasta 400 kilómetros por zonas controladas por las fuerzas militares del régimen, los rebeldes y el grupo Estado Islámico.
En cada puesto de control, los habitantes deben soportar que se les revise si escuchan música, las mujeres si llevan velo y si van acompañadas por un hombre. Por eso la llaman la carretera del miedo.