Hasta hace pocos meses, Manuel Baldizón se perfilaba como el próximo Presidente de Guatemala. El abogado petenero se sentía ya como el próximo inquilino de Casa Presidencial, y se comportaba como tal. El debilitado gobierno del Partido Patriota y el sector empresarial, también le otorgaban esa posición.
Sin embargo, en las elecciones del 6 de septiembre, por un reducido margen de votos, Baldizón quedó fuera de la segunda vuelta electoral, derrotado por Jimmy Morales, de FCN Nacion, que obtuvo el 24.13% de los votos, y por Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, que recibió el 19.60%. El dueño del partido rojo, Libertad Democrática Renovada, Lider, consiguió al final 19.52%.
En la madrugada del lunes 7 de septiembre Baldizón canceló su conferencia de prensa y guardó silencio, mientras reacomodaba sus fuerzas. Antes de ello la presencia de Baldizón a través de la propaganda, era omnipresente en el país. El abogado estaba tan convencido de su victoria, que diseñó una campaña propagandísitica que tituló "Le Toca". Sin embargo, desde la primera protesta ciudadana que se organizó al estallar el escándalo de corrupción conocido como "la Línea", inciado en abril de 2015, la sociedad manifestó rechazo a esa idea de un triunfo anticipado y comenzó a enarbolar carteles clamando #NoTeToca.
La tragedia mayor para Baldizón NO es haber sucumbido en los comicios, sino haber sido derrotado ante un hombre, Jimmy Morales, que se dedicaba a la comedia y que con muy pocos recursos logró conquistar a los guatemaltecos en menos de un año. Asimismo, fue derrotado por Sandra Torres, quien pese a haber contado con recursos mayores que Morales, tampoco tuvo un presupuesto tan holgado como el de Baldizón, ni tuvo una presencia en medio tan abrumadora.
Baldizón proclamó en su propaganda que había recorrido el país durante 10 años para ser presidente. Además, según las cifras oficiales del Tribunal Supremo Electoral, que sancionó a Baldizón por sobrepasar los límites de inversión en publicidad, tan solo este año el petenero gastó más de 60 millones de quetzales en propaganda.
Sin duda alguna, el movimiento de ciudadanos que invadió las calles desde abril para exigir a los políticos un actuar digno y decente, logró demostrar en estas elecciones, que quien gasta más dinero no es necesariamente el que triunfa. Además, que las llamadas "campañas de tierra", con gran despliegue logístico, ya no son necesarias para alcanzar una victoria electoral.
Pese a su derrota en el Organismo Ejecutivo, Baldizón cuenta con una fuerza legislativa importante. Esto significa que los caudillos locales lograron imponerse en las urnas, pero no arrastraron con ellos el voto para los postulantes al Organismo Ejecutivo.