Una azafata de 49 años llamada Sheila Fedrick se percató de que algo extraño ocurría con una adolescente rubia de cabello grasoso que viajaba en el asiento junto a la ventanilla en el pasillo diez de un vuelo de Seattle a San Francisco.
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De acuerdo con la azafata: "La chica parecía como si estuviera viviendo en el puro infierno". Según Fedrick, la joven tenía entre 14 y 15 años y viajaba con un hombre mayor muy bien vestido, el contraste de la apariencia fue lo que le provocó la alarma.
Fedrick dejó una nota en los baños para la joven, quien respondió "Necesito ayuda".
La azafata intentó comenzar una conversación con ambos, pero el hombre de inmediato se puso a la defensiva. Fedrick le contó al piloto lo que ocurría. Cuando aterrizaron, la policía esperaba en la terminal.
Entrenamiento
La azafata retirada Nancy Rivard, fundadora de Airline Ambassador, está tratando de inculcar en el personal de la industria aérea en Estados Unidos la detección del tráfico de personas.
Durante el 2016, las autoridades capturaron a 2 mil traficantes de personas e identificaron a 400 víctimas. En este entrenamiento, los afectados relataron sus experiencias para que el personal aéreo pueda distinguir a los pasajeros avergonzados, temerosos, nerviosos o que viajan con alguien que no aparenta ser su familiar.
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En estos casos, el protocolo a seguir es el siguiente: la azafata o auxiliar de vuelo debe llamar al piloto cuando exista sospecha de que hay un caso de tráfico de personas y él será quien deberá llamar al aeropuerto de destino para que se contacte a las autoridades.
* Con información de www.infobae.com
