Un asistente de los Patriots de Nueva Inglaterra, a cargo de estar en los vestuarios, intentó introducir un balón no autorizado durante el partido de campeonato por la Conferencia Americana (AFC), de acuerdo a varias fuentes cercanas a una investigación que se lleva a cabo.
El balón sin haber sido revisado por las autoridades habría sido introducido durante el partido en el que los Patriots derrotaron 45-7 a los Colts de Indianápolis y se acreditaron el título de Conferencia.
En el transcurso de esa semana los Colts protestaron y dejaron en evidencia que los balones de los Patriots estaban desinflados intencionalmente más de lo normal.
Una de las fuentes indicó que el asistente de los vestuarios señalado, Jim McNally, de 48 años de edad, ha sido entrevistado por los investigadores.
McNally ha trabajado para los Patriots durante más de una década, y que al menos desde el 2008 es la persona a cargo de los vestuarios de los oficiales en el "Gillette Stadium", donde se llevó a cabo la final de la AFC.
Las fuentes dijeron que durante la primera mitad de ese partido, McNally trató de dar un balón no aprobado a un oficial alterno, que estaba a cargo de los balones que usaron los equipos especiales. Esos balones son conocidos como "kicking balls" o "K balls".
De acuerdo con la normativa de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), antes de cada partido cada balón pasa por supervisión y se le revisa la presión de aire.
Según tres diferentes fuentes de información, Greg Yette, un oficial alterno, empezó a sospechar cuando se percató de que McNally le entregó un balón sin las marcas que los oficiales ponen a los balones supervisados.
Yette volvió a sospechar cuando vio a McNally en el campo de juego, tratando de entregarle un balón, ya que los asistentes de vestuario no tienen la tarea de entregar los balones durante los partidos. Por lo anterior, Yette notificó al vicepresidente de operaciones de la NFL, Mike Kensil, de lo sucedido.