En la noche del domingo, a partir de las 19:00 horas (en Guatemala), se pudo percibir el eclipse total de Luna: un fenómeno ya de por sí maravilloso, pero que en esta ocasión estuvo asociado a otro aún más extraordinario: la denominada Superluna, en el cual una luna llena se encuentra a no más de un 10% de su punto más cercano a la Tierra.
En tales casos, se la suele apreciar más grande y más brillante de lo normal. Se ve un 14% más grande y un 30% más brillante que la Luna llena normal.
Las dos situaciones no se volverán a dar juntas hasta dentro de 18 años, en 2033, según la NASA. Un escenario de nubes podría haber arruinado el espectáculo, pero la noche se presentó propicia.