El complejo de detención juvenil de la zona 13, más conocido como "Las Gaviotas", es la casa de 487 menores de edad que han estado vinculados a diversos crímenes. Según los registros de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, dan cuenta de que en promedio cada día ingresan tres adolescentes.
Entre las paredes de esta correccional se encuentran violadores, extorsionistas y asesinos, entre otros, quienes a su corta edad tienen un amplio historial delictivo.
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En este centro las actividades inician a las 5 de la mañana, cuando suena la campana que despierta a los adolescentes en conflicto con la ley y, de inmediato, todos deben ir a las duchas, porque a las seis de la mañana se sirve el desayuno.
En "Las Gaviotas" permanecen los miembros de Barrio 18, mientras que en "El Anexo" se encuentran "los Paisas", como le llaman a quienes no forman parte de una pandilla.
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El Estado les proporciona tres tiempos de comida y 45 minutos al día para que se recreen en el patio. Para evitar enfrentamientos, el personal del centro de detención utiliza horarios distintos para "los Paisas" y los del Barrio 18.
Los privados de libertad reciben clases una vez por semana, lunes un grupo y jueves el otro. Además, entre 4 y 5 de la tarde tienen actividades extracurriculares, que suelen ser religiosas.
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Semanalmente, cada detenido puede hacer una llamada de dos minutos y se les permite ver dos películas, aunque las autoridades verifican que no inciten a la violencia, y una vez por semana reciben visitas.
Las operaciones del centro están a cargo de 55 personas, entre estas 36 monitores que vigilan a los menores de edad. Sin embargo, las autoridades reconocen que esta cifra no es la ideal, por lo que en ocasiones han perdido el control del centro, lo que ha cobrado vidas.
