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Antes de quemar pólvora, piensa en los animales a tu alrededor

  • Por Soy502
24 de diciembre de 2014, 10:01
Los animales entran en pánico con las explosiones de la pólvora.

Los animales entran en pánico con las explosiones de la pólvora.

Estamos a las puertas de unas festividades explosivas, y me refiero a este término en el amplio sentido de la palabra. Los humanos "explotan" durante estas fechas. Corren a los comercios como si fuera el fin del mundo; compran y compran y vuelven a comprar. Comen y comen y vuelven a comer (haciendo alusión al villancico de los "Peces en el río").  

El tránsito se vuelve extremo y los arrítmicos y disonantes bocinazos terminan por hacer explotar el cerebro de todos (inclúyome). A veces el deseo de "paz" se vuelca incongruente con todo el ruido que se avecina en diciembre. 

Ruido. Sí, mucho ruido. ¿Qué paz puede haber con tanto ruido? Y para reforzar el escándalo: la pirotecnia. Más conocida como "el coheterío". 

Desde que tengo memoria, el 24 de diciembre se espera que den las doce de la noche para comenzar a escuchar la guerra folclórica de petardos, bombas, luces y ametralladoras que se esparcen por todas las zonas de la ciudad y que forman un extraño eco que triplica el fragor. 

Si nos ponemos a pensar en nuestra propia diversión, cuando no nos falta nada, la pirotecnia es genial. Es una tradición cuasi única en el mundo. Guatemala es de los pocos países donde no se prohíbe el uso de cohetes, ametralladoras y fuegos artificiales.  

Sin embargo, cuántas desgracias y cuántas familias se han enlutado por su uso irresponsable durante las fiestas de fin de año. Considero que los cohetes tienen más desventajas que ventajas; más tristezas que alegrías. 

Para celebrar el Nacimiento del Niño Dios, hay mil y una más formas de hacerlo. Solo es cuestión de usar el espléndido ingenio del ser humano.  

A veces usamos más la creatividad para destruir que para construir y la pirotecnia destruye. Las detonaciones se asemejan a los disparos en las guerras y por ello resta paz en una noche que debiera ser "Noche Buena". 

Los animales entran en pánico

Si muchos humanos nos espantamos con el estruendo de los petardos, imaginen a las criaturas indefensas, los que no tienen voz para decir:            

"-¡Nooo! No quemen cohetes, me asusto mucho-".   Conozco a algunos (incluyéndome de nuevo) que pegamos semejantes brincos, sobre todo si están encendiendo cohetes por separado.  

Mi madre detestaba esas detonaciones sin ritmo porque le bailaba el corazón a destiempo.

Nuestro corazón se acelera instantánemente si una bomba, sobre todo las que queman en las iglesias, nos agarra desprevenidos. No quiero imaginarme el corazón de los animalitos, especialmente el de las aves.

Consultando con algunos veterinarios y expertos sobre este tema, he llegado a la conclusión de los efectos nocivos que "el coheterío" ocasiona a los animales en general:

-Aturdimiento y náusea

-Taquicardia y temblores

-Pérdida de control

-Muerte (en algunas ocasiones)

-Desorientación y agresividad

¿Se ve poco, no? Pero cada ítem trae consecuencias nefastas. A fin de cuentas, los animales abandonados y los que están en la calle son quienes sufrirán más que los que están en casa. Aunque esto no resta importancia a lo que pueda ocurrirle a tu mascota.

Debemos recordar que la mayoría de animales, especialmente los perros y gatos, tienen mucho más desarrollado el sentido del olfato y oído; por ello, se adelantan a algunos hechos como temblores o terremotos. También dan aviso si hay gente extraña cerca de casa. Ambos pueden oler y ver cuatro veces mejor que el ser humano.

"Conozco casos cercanos en los que los perros salen huyendo al escuchar las detonaciones y algunos se extravían. Unos pocos se logran encontrar, otros ya no", cuenta Alejandra Estrada, directora de la organización Guate Unida por los Animales.

Alejandra compartió conmigo en este blog y comentó que muchas familias dejan solas a sus mascotas en casa, en la terraza, jardín o amarradas en el patio. "Los perros y gatos enloquecen con los cohetes. Basta verlos para darse cuenta. Algunos canes se lanzan de los techos y pueden lastimarse gravemente o incluso perder la vida. A otros les puede dar epilepsia", dijo.

Las consecuencias

Perros: la pérdida de control y el temor que sufren los perros, específicamente, los convierte en potenciales víctimas de provocar un accidente y morir arrollados en las calles. Piensa un segundo que podría ser tu mascota.

Gatos: los felinos son animales curiosos y suelen correr detrás de los explosivos para jugar con ellos. Muchos los ingieren y el daño puede ser irreversible. Otros, han perdido la vista tras una explosión cercana.

Aves:  son quizá los seres que más sufren debido a su tamaño y su diminuto corazón. Los estruendos les causan taquicardias y temblores. Muchas aves mueren de inmediato, pero los humanos no nos damos cuenta. Algunos quizá piensan: "Ya deberían estar acostumbradas", pero no es así. ¿Cuántas aves nuevas existen cada año que no han vivido la experiencia explosiva?

Si tan solo el Zoológico "La Aurora", que está ilógicamente en medio de la escandalosa ciudad, abriera sus puertas el 24 y 31 de diciembre, podríamos observar la reacción de los pobres animales. La mayoría buscará refugio, pero algunos recintos no tienen buenos escondites, sobre todo los de las aves o el área bobina. Algunos pensarán que ya deben estar acostumbrados por los aviones...

Protege a tu mascota y ten misericordia con los callejeros

Como sé perfectamente que la mayoría de guatemaltecos no dejará de quemar sus cohetes para esta Navidad, les daré algunos consejos para resguardar a los animales en casa y/o en la calle.

Si tienes mascotas:

-Trata de no dejarlas solas y, si es necesario, déjalas dentro de la casa y arréglales una habitación aislada del bullicio. En algunas ocasiones, funciona dejar el televisor encendido o una radio a volumen mediano para que amortigüe los sonidos del exterior.  

-Déjale a tu mascota suficiente agua y comida. También le puedes dejar algún juguete para que pueda morder y disminuir su estrés.

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