Este 4 de febrero, miles de personas alrededor del mundo conmemoran el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer. Muchos pacientes toman nuevas fuerzas para seguir con fortaleza y ganarle la batalla a esta dura enfermedad.
Hasta hace poco, los días de la bella Angie Albizu transcurrían en los estudios de TV en el canal Guatevisión, donde era conductora de varios programas como "Dale que va", y las carreras entre las actividades y tareas de sus tres hijos. Nunca imaginó que su vida daría un giro tan grande, y todo cambiaría.
Descubrió una extraña pelotita en uno de sus senos y al tocarla, dolía. Esto ocurrió un día, mientras cargaba a su bebé que en ese entonces tenía un año y medio. De inmediato acudió al médico donde fue diagnosticada con cáncer de seno en octubre de 2013, una noticia que cambió su vida y la de su familia.
Angie, quien nació en Argentina, regresó a su país para ser operada. Tras la mastectomía, volvió a casa en Guatemala, segura de que todo había terminado y podría continuar su vida normal.
Inició el proceso de reconstrucción de su pecho y, en una visita al cirujano plástico, este detectó algo extraño, por lo que la remitió de nuevo con el oncólogo y las noticias otra vez no fueron alentadoras.
Le ordenó iniciar de inmediato las quimioterapias luego de ser diagnosticada con metástasis. El cáncer ya se encontraba en varias partes de su cuerpo.
Junto a su esposo, Luis Pedro, quien ha sido su apoyo en cada instante de esta lucha, viajaron a San Antonio, Texas, para determinar qué partes de su cuerpo que estaban tomadas por las células cancerígenas.
El resultado de los exámenes les indicó que había metástasis en el hígado, en los ganglios del cuello, en la axila y en un pulmón. Aunque el panorama era adverso, nunca dudó. Angie es una fiel creyente y su fe se fortaleció pues confiaba en que Dios estaba poniendo ante ella una misión.
Tras seis tratamientos de quimioterapia en tres meses, Angie se sometió a un nuevo examen médico y este reflejó que hoy, su cuerpo se encuentra libre de cáncer.
En todo este proceso Angie se ha mantenido aferrada a su fe, pero también ha estado rodeada del amor que le transmite su familia y decenas de personas que quizá no la conocían personalmente, solo por su trabajo en televisión, pero que han orado por ella y se han mantenido en comunicación, enviándole mucho ánimo.
Angie está llena de vida y su sonrisa ilumina. Transmite algo que toca el corazón de quien tiene la posibilidad de conversar con ella, y su nueva misión es llevar a las personas que están pasando por un proceso similar una palabra de fe para que luchen y logren derrotar a la enfermedad.