Gaspare Galasso, un italiano de 23 años, logró colarse a la celebración del Real Madrid luego de coronarse campeón de la Champios League tras derrotar al Atlético de Madrid en el estadio San Siro, en Milán, Italia.
La final de la Champions League disputada el pasado 28 de mayo, fue blindada con 2 mil policías que revisaban minuciosamente a los periodistas acreditados antes de ingresar al campo de juego, a quienes obligaron a abrir y a vaciar sus mochilas varias veces, pero según Galasso, logró ingresar al estadio sin necesidad de contar con una entrada o una acreditación. Pudo burlar la seguridad adquiriendo una cinta similar a la utilizada por los periodistas e invitados, la cual cubrió a medias con un elegante traje.
Cuenta Galasso que un miembro del staff del estadio le pidió su entrada, a lo cual le respondió "pero cómo me pides la entrada", ante lo cual el guardia de seguridad se disculpó por su atrevimiento.
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Videos y fotografías dan fe de la veracidad de lo dicho por Galasso, quien se sentó en el palco, se tomó selfies con medio mundo, disfrutó parte del partido sentado a la par de Florentino y hasta levantó la Champions, incluso antes que James Rodríguez.
"Corté un escudo del Madrid de una camiseta y lo pegué a mi chaqueta. Lo metía y lo sacaba dependiendo de la situación. Para levantar la Copa, lo saqué" dice Galasso, quien al momento de levantar la copa decidió ser un jefe de seguridad: “Le dije yo a los del staff dónde se tenían que poner. Me hicieron caso. Y luego me fui con los jugadores”. agrega.
Gaspare puede verse en las imágenes de la entrega del trofeo, feliz, con la plantilla merengue.
Según Galasso, en el Juventus Stadium le tocó permanecer encerrado luego de haber sido descubierto. "Me denunciaron por estafa y allanamiento de morada. Pero me da igual. Es más, me tienen que dar las gracias”, dice el siciliano, quien agrega “tengo talento en esto, si lo hacía solo para pasarla bien podría quedarme callado y seguir en todos los estadios del mundo", añadiendo: "quiero que se den cuenta de que la seguridad en los estadios no existe. Nadie me tocó, nadie me controló”, por lo que razón no le falta al intrépido invasor de canchas.
*Con información de as.com